domingo, 30 de noviembre de 2014

Gobierno de Rómulo Betancourt: 1959 - 1964




Indudablemente la situación de la prensa no se hubiera visto afectada si el ámbito político del país no hubiese tenido cambios importantes. Durante el gobierno de Betancourt existieron varios alzamientos militares, todos fallidos, y un movimiento insurreccional de fuerzas de izquierda, que influidas por la Revolución Cubana entendieron llegado el momento para intentar una revolución parecida. Durante años se mantuvieron grupos guerrilleros en las ciudades y en el campo con el propósito de derrocar al mandatario. Como respuesta, el gobierno ilegalizó partidos políticos y ejecutó represión en la prensa portavoz de esas fuerzas, o en aquella que coincidiera en la oposición. En momentos, lo que se ha denominado “gran prensa” que en su mayoría estuvo al lado de esa política oficial de defensa del sistema democrático también estuvo afectada.

Pero antes de que se desarrollaran estas acciones antigubernamentales, el diario La Razón, que dirigía Marco Aurelio Rodríguez, propiedad de Alfredo Abilahoud, y que circulaba desde el 8 de enero de 1959, fue presionado por su línea editorial oposicionista. Las cuales se denunciaron en un editorial “Le molesta al gobierno que exista en Venezuela un periódico independiente que informa lo que cree verdad”. Rodríguez y Abilahoud fueron detenidos y expulsados. El diario pasó a manos de partido URD, dirigido por José Vicente Rangel y a los pocos meses cerró. Sin haber ningún tipo de reclamo ni de parte de la AVP ni del Bloque de Prensa.

Represión a la Prensa Popular

Existió represión de la que fue objeto lo que para la época se conocía como prensa popular de izquierda, de donde se puede obtener los siguientes hechos:

11 de Julio 1960: decomisada la edición de Izquierda.
Octubre 1960: asalto a los talleres de El Independiente, donde se imprimían el diario Tribuna Popular y otros periódicos.
28 de Noviembre 1960: suspensión indefinida de Tribuna Popular, Izquierda y otros semanarios.
17 y 28 de Noviembre 1961: suspensiones del diario Clarín.
14 de Diciembre 1961: suspendido el nuevo diario La Hora.
22 de Enero 1962: suspendidos Clarín y La Hora.
Marzo 1962: circula sólo durante 3 días el nuevo diario Crítica.
5 de Mayo 1962: asaltados talleres y redacciones de Clarín y La Hora.
7 de Mayo 1962: clausurado definitivamente Tribuna Popular.
25 de Mayo 1962: suspendido Clarín por 15 días.
5 de Julio 1962: se realiza un decreto por parte del Ministerio de Relaciones Interiores: “Se ordena que todas las publicaciones del país, sea cual fuere su naturaleza, se abstengan de dar informaciones relacionadas con el orden público… sin consultar previamente con los funcionarios designados al efecto por este Despacho, o por las respectivas gobernaciones de estado, según el caso.”
1963: suspendidos temporalmente, en momentos distintos, los diarios El Imparcial, de Maracay; El Tiempo, de Valera, y El Día, de Acarigua.
Septiembre 1963: acoso permanente a Clarín, y clausurado el diario El Venezolano.

Adyacente a estos hechos, se instauró un régimen de censura que se aplicó en los extensos períodos de suspensión de las garantías constitucionales. En la oportunidad de su presentación (junio 1962) a la Comisión de Política Interior de la Cámara de Diputados, que presidía José Vicente Rangel, el jefe de Redacción de El Nacional, Jose Moradell, declaró: “Existe una situación de censura. El régimen de censura no excluye el material publicitario, el material de propaganda, abarca por igual ese tipo de material y el material de redacción. Por consiguiente, ese régimen de censura causa también, perjuicios en el ejercicio financiero de periódico.”

El informe indica:

“A una pregunta sobre la presencia de censores oficiales en el periódico, Lamache (jefe de información de El Nacional en 1962) expresa que todas las noches se presentan dos personas autorizadas por el Ministerio del Interior a las oficinas de redacción para revisar el material.”

A su vez la Cámara de Diputados aprobó el 6 de julio:

“Declaras que la libertad de prensa en Venezuela atraviesa en los actuales momentos por una de sus más graves y difíciles etapas, debido a la supresión sistemática de diversos órganos periodísticos y a la persecución de profesionales de la prensa, así como al régimen de censura vigente”. Y condenó esas prácticas del Ejecutivo Nacional.

Pocos diarios no publicaron esa noticia, y el Bloque de Prensa no emitió ninguna declaración. Se presume que especularon que hacerlo podría debilitar al gobierno que defendía todo el sistema y a la vez resistía el alzamiento de izquierda.

Eventualmente, el Presidente Betancourt se le vinculo reuniones con directores y editores para informarles sobre la situación política y económica, y pedirles cooperación.

Jesús Sanoja Hernández, en entrevista donde hace un repaso del periodismo venezolano, publicada en la revista Respuesta N° 55-56, 1980, dice: “Pero la década del sesenta redefine los campos de la polémica e ideología, y yo no podría decir, sin contrariar mi voluntad histórica, que la Cadena Capriles (…) haya contribuido a la democracia representativa, no obstante aparecer como una de sus fórmulas de expresión. Porque su campaña fue netamente antidemocrática durante algunos años, y no por ser anticomunistas sino por haber exaltado los contravalores más negativos que se manejaban en la sociedad venezolana y que constituyen, digamos, una rotunda negación de los principios éticos periodísticos”.


En este primer gobierno electo en la nueva etapa democrática, surgieron por lo menos 19 diarios, la mayoría con disposición política opositora: La Razón, Clarín, La Hora, El Venezolano, La Extra, La Tarde, y uno progubernamental, La Nación. Reflejo de la lucha política e ideológica de esos años, lucha que también se expresaba en semanarios y revistas, de los cuales los de mayor circulación fueron Tribuna Popular e Izquierda. Pero sólo perduraron otros dos diarios, ambos del interior, fundados en 1962; El Imparcial en Maracay y El Anaquense, en Anzoátegui, y por menos tiempo, el oficioso La República.

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