El 23 de
enero de 1958, en espacio de la madrugada La Junta Patriótica anuncia por radio
la huida de Pérez Jiménez y convocó a los ciudadanos a salir de sus casas para
expresar su alegría. Lo que derivó que una multitud eufórica se dirigiera hacia
El Silencio, y luego hacia el palacio de Miraflores.
Otros grupos se desplazaron hacia El
Guarataro, donde estaba la cárcel del Obispo, y hacia la plaza Morelos, donde
estaba la Seguridad Nacional, la cual fue asediada durante varias horas; por lo
que el ejército tuvo que intervenir para proteger a los funcionarios, de igual
manera la gente logró liberar a los detenidos.
A su vez se registró una aglomeración
vengativa que asaltó la sede del periódico oficial, El Heraldo, y destruyó sus
equipos.
Mientras el pueblo ocupada las calles,
los oficiales más comprometidos estaban reunidos en la Escuela Militar con la
alta jerarquía de las fuerzas armadas, para llegar a un acuerdo acerca de
quienes debían asumir el mando. Por su parte, banqueros, empresarios,
industriales, grandes comerciantes y algunos dirigentes políticos acudían al
palacio de Miraflores donde, al rato, habiéndose ya puesto de acuerdo, llegaron
los oficiales que dirigieron el movimiento.
Wolfgang
Larrazábal nació en Carúpano en 1911, inició su carrera en la Marina cuando
entró a la Escuela Naval a los 17 años de edad, llegando a desempeñar
importantes cargos a partir de 1947, cuando fue nombrado comandante de las
Fuerzas Navales, luego, fue agregado naval de la embajada de Venezuela en
Washington; y en 1958, era comandante de la Marina cuando se alzó contra el
régimen perezjimenista. Su crédito en las fuerzas armadas y sus principios
civilistas le valieron ser designado presidente de la Junta de Gobierno, el 23
de enero de 1958. El pueblo lo llamaba “Worfan”, su gracia era indiscutible, agraciado
por su estampa de galán y sus dotes musicales.
Si
la libertad de prensa fue la inicial víctima del gobierno que reemplazó al del
presidente Rómulo Gallegos, incluso al ser suspendidas las garantías
constitucionales, el 23 de enero de 1958 fue la principal en ser rescatada
entre todas las libertades retenidas en ese período. Desde la madrugada, las
emisoras comenzaron a difundir informaciones y opiniones con toda libertad, y
al mediodía aparecieron las primeras ediciones extras de casi todos los diarios
de Caracas.
Inició
así un breve período, presidido casi todo por el almirante Wolfgang Larrazábal,
donde fue posible informar e igualmente opinar libremente. Aun así no era tan
absoluta esa libertad, ya que no había condiciones para que la usaran los
defensores de la dictadura derrocada.
Durante
ese primer año luego de recuperadas las libertades públicas, periodistas y
medios se cuidaron de no difundir noticias que en algún momento pudieran poner
en peligro el régimen democrático recién nacido, quebrantable por la falta o
debilidad de organizaciones (partidos, sindicatos, etc.), que pudieran asumir
su defensa.
Más
allá de esas limitaciones fue posible ejercer la libertad de prensa en
plenitud.
Tras ser derrotado Wolfgang en las
elecciones del 7 de diciembre de 1958, persistiría en hacer vida política
durante la década del 60, llegando a ser embajador de Venezuela en Chile y
presentando su candidatura presidencial en 1963, alcanzando posteriormente a
ser elegido diputado varias veces.
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